miércoles, 5 de enero de 2011

Carta a los Reyes Magos

Queridos reyes:

Hace algunas centurias que no les escribo, creo que porque dejé de creer en ustedes, aunque… admítanlo, se divirtieron aquellos años en los que dejaba un zapato y un cuarto adornado para que ustedes se sintieran como en casa. Además, les salí barata, siempre pedía cosas intangibles con el lindo corazón inocente que yo tenía.

Ahora les escribo porque alguna vez vieron a mi Salvador en un pesebre y seguramente tienen buenas palancas celestiales.

Antes mi casa era muy grande y siempre supe que cabían sus elefantes, camellos, caballos y demás. Ahora no sé por dónde los van a meter y peor aún, cómo le harán para no despertarme, porque sabrán que tengo 2 inquilinas peludas que ladran al menor barullo.

Para no hacerla de emoción, sólo quiero una cosa: Mi hogar. ¿Me lo pueden buscar por ahí? Porque lo perdí en el camino, yo creo que entre tanta fiesta decembrina y cohetes. Este hogar que no encuentro lo van a identificar porque tiene montañas de una cosa que se llama “amor”, tiene paredes pintadas de risas, sábanas de lino puro y un olor muy especial a canela-manzana. Tiene 3 mujeres y una playa con luna de plata. ¿Me lo pueden traer? Gracias

Pd. Ya soy grande: Sé que no son ni reyes, ni magos, sólo astrónomos que sabían la ubicación de la estrella arriba del Rey nacido.

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